23 exportadoras chilenas demandan a naviera más grande del mundo por retrasos y cobros abusivos en pandemia
Las frutícolas acusan pérdidas por US$ 38 millones debido a que MSC decidió priorizar otras rutas más rentables que los compromisos ya suscritos con ellas.
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“Los precios del transporte marítimo están por las nubes”, fue una frase que repitieron casi todas las empresas a la hora de explicar las presiones de costos que sufrieron con la pandemia y que, en la otra cara de la moneda, trajo ganancias históricas para la industria naviera.
Las repercusiones de este período, que mantienen a la economía mundial bajo ajuste, ahora también se tomarán el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC), ya que 23 exportadoras de frutas nacionales presentaron una demanda contra Mediterranean Shipping Company (MSC), compañía con sede en Suiza identificada como la naviera más grande del mundo.
Las chilenas, entre las que se incluyen frutícolas como David del Curto, Frusan, Gesex, South Pacific y Tempofrut, acusan una “sucesión continua y sistemática de abusos” durante la temporada de exportaciones 2021-2022, que incluyen retrasos deliberados de los cargamentos y cobros injustificados por parte de MSC.
En la demanda, patrocinada por Tomás Pérez y Manfred Zink, de Bofill Mir Abogados, las exportadoras denuncian que estas prácticas afectaron a 994 contenedores en más de 20 rutas distintas, lo que equivale a 15.904 toneladas de fruta transportada, dando como resultado unos US$ 38 millones en pérdidas para las empresas.
Más de 30 días de retraso
Según dijeron los abogados de las exportadoras al tribunal, las agrícolas deben contratar a las navieras meses antes de la temporada de exportaciones, por lo que, argumentan, una vez cerrados los acuerdos con MSC, quedaron “cautivas”.
“Ofreció condiciones considerablemente mejores que las de sus competidoras en lo que se refiere a la extensión temporal de los viajes”, variable competitiva que era la más importante para contratar los servicios, teniendo en cuenta el carácter perecible de la fruta fresca, señalaron las exportadoras.
El relato de las frutícolas sostiene que, una vez que las tarifas del transporte marítimo comenzaron a elevarse, MSC se dedicó a priorizar otras rutas –particularmente en China- “que en ese momento exhibían rentabilidades todavía más exacerbadas”, dejando de lado los compromisos suscritos con los chilenos.
“MSC, apalancada en los contratos que tenía cerrados, y con la certeza de que seguiría obteniendo las rentas de dichos contratos, deliberadamente optó por explotar otros negocios en perjuicio de nuestras representadas, alterando los trayectos y la cantidad de paradas de las rutas requeridas por éstas, lo que pudo materializar sin ningún contrapeso ni riesgo de ser disciplinada, únicamente por la situación de cautividad en la que ellas se encontraban”, escribieron los abogados.
En este caso, 15 de las empresas demandantes exportaban arándanos, pero también se acusan daños a envíos de manzanas, peras, uvas, carozos y, en menor medida, algunos cítricos.
Por ejemplo, Frutera San Fernando (Frusan), denunció impactos en envíos de manzanas, arándanos, cerezas, peras, ciruelas, membrillos y uvas. En total, esa empresa señala haber tenido un retraso promedio de 14 días en 23 viajes que sumaban 370 contenedores. En algunos casos, las exportadoras apuntan a cargamentos con más de un mes adicional de tránsito.
Si bien son 23 las compañías que demandaron, un conocedor del caso asegura que esta situación fue generalizada en toda la industria agrícola.
Cobros abusivos
Junto con todo lo anterior, las demandantes señalan que, con los envíos ya atrasados, MSC incurrió en dos tipos de cobros extra a las empresas afectadas.
Los primeros se denominan congestion surcharges (recargos por congestión), que son multas que las navieras cobran por sobreestadías en los puertos de destino. “Se trata de cargos que se cobran ex post, cuando la sobreestadía –inesperada– se verifica. Pero MSC los cobraba por adelantado, es decir, con la certeza de que la sobreestadía se generaría, lo que –reiteramos–, evidencia un obrar plenamente voluntario”, se lee en la demanda.
Los segundos son los demurrage charges (cargos por demora), penalizaciones efectuadas cuando los contenedores permanecen en el puerto más tiempo del asignado, detención que se cobra por día. Las 23 empresas denuncian que se les aplicaron estos cargos cuando estaban “bajo custodia de MSC sin poder ser liberada en los puertos de destino como resultado de su propio actuar ilegítimo”.
Estos dos tipos de cobros, dicen las demandantes, constituyen una segunda vulneración en contra de ellos e, insisten, pudo ser implementado por MSC debido a que las empresas estaban obligadas a seguir operando con la suiza durante toda la temporada.
La demanda solicita prohibir la reiteración de estas conductas a la naviera, además de tomar medidas preventivas y correctivas e imponer multas a beneficio fiscal por el 30% de las ventas del período, equivalentes al doble del beneficio económico obtenido por la infracción, o bien, por UTA 60.000 (unos US$ 48 millones).
Posterior a la tramitación de esta causa y, en caso de tener éxito, explica un conocedor del caso, las frutícolas podrían acudir a la justicia ordinaria para solicitar una indemnización de perjuicios.